viernes, 21 de mayo de 2010

Más Seriedad

Después de unas cuantas derrotas la prensa deportiva siguiendo su línea de “rigurosa seriedad” afirmaba que sin ninguna duda al equipo le auguraba un destino trágico. Bastaron pocas jornadas, unos cuantos datos y unas dudosas estadísticas para que los periodistas anunciaran la fatal profecía. La prensa deportiva mostró una vez más que la falta de sensatez y formalidad la caracteriza. Cuando un equipo (uno de los grandes) arrasa en las primeras jornadas, los diarios anuncian con rotundidad “el titulo ya esta en sus manos” deberían comprender estos serios periodistas que un pésimo o un magnifico comienzo no significa nada. Este año le ha tocado impartir la lección a los colchoneros. ¡Ya era hora! Si en un principio se creía que el camino iba a ser duro de recorrer la experiencia nos ha demostrado, una vez más, que en cualquier momento se puede producir un magnífico giro de suerte.
Ver neptuno abarrotado lleno de color inmerso en una atmósfera de euforia e ilusión me hace recordar aquellos titulares sorprendentes, inquietantes, desesperanzados, alarmistas que presagiaban “un camino a segunda”.

Colchonera.

UNA VEZ MAS

Si la historia sirve para algo es para aprender de ella.
Lo importante en esta materia no es incidir en los hechos sino en las causas y las consecuencias de estos. Podríamos conocer las fechas con precisión, las batallas con todo lujo de detalles pero en el caso de nuestra guerra civil nos serviría de poco, porque lo realmente importante es intentar comprender que llevo a los españoles a pensar que la única manera de arreglar sus diferencias era el crudo y despiadado camino de la guerra.

El tiempo permite ver los hechos con otra perspectiva y lo más importante permite reflexionar y aprender de los errores ya cometidos. Nos debe guiar a la hora de escribir nuestra historia, de establecer el guión de nuestro futuro. En las páginas de nuestro libro no hay espacio para los odios, las desigualdades y las injusticias que se cometieron en el pasado porque ya deberíamos haber aprendido.

Sentar en el banquillo a un juez, que ha intentado curar la grave herida presente en la sociedad española desde hace años, no es el método. Es importante que reflexionemos sobre la necesidad de continuar nuestra historia y no de repetirla porque nuestras páginas ya escritas no indican un buen presagio.

A.I